9/9/12

PR LE-22 y Pico Tres Provincias, 03/08/2012.


Segunda jornada de caminatas vacacionales y optando por darle algo de caña a mis piernas.

Voy a hablar primero del recorrido del PR, que está perfectamente balizado y que antes era considerado circular, optando por integrar el tramo de casi 6 km por carretera que une las pobalaciones de Portilla de la Reina y Llánaves de la Reina. Este tramo no es peligroso ya que los vehículos que circulan por el asfalto son pocos y van a escasa velocidad. Yo recomendaría realizarlo, ya que pasamos a través de La Hoz de Llánaves, un lugar con magia. Este día acabé algo exhausto en Llánaves e hice autoestop para que me dejaran donde había aparcado el coche, mas el día siguiente acabé por realizarlo, embelesándome con las formaciones rocosas.

Sugiero que el PR, subdenominado Valle del Naranco - Valle de Lechada (y es que conecta ambos), se efectúe comenzando en Portilla y no en Llánaves, ya que la subida es más gradual por ser el tramo más largo hasta el Boquerón de Bobias, que es el nexo de unión de ambos valles. Durante los dos tramos en los que recorremos sendos valles caminaremos por pistas y transiteramos por un sendero empinado desde el Boquerón de Bobias hasta el Valle del Naranco.

Yo salí de Boca de Huérgano y, tras el km 111 de la N-621, estuve atento porque el inicio del itinerario se encuentra casi llegando a Portilla, más exactamente unos 300 m antes del km 112. Estamos ojo avizor hacia la derecha para atisbar unas naves ganaderas que observaremos  someramente antes de tomar una curva a la derecha. Tras ella, y pocos metros adelente, un puente salva el río y nos lleva al principio de la calle de las naves, que es donde dejaremos nuestro vehículo. Algo más allá por la carretera encontraríamos un panel indicando la presencia del Parque Nacional de Picos de Europa y una carretera a la izquierda que nos llevaría a Santa Marina de Valdeón.

Ya fuera del coche comenzamos nuestro tránsito por una pista que brevemente nos lleva al sur para girar al este más tarde hacia el Boquerón de Bobias, que se encuentra alrededor del km 9. El valle es angosto al principio, ensanchándose progresivamente al igual que la pendiente de la subida, que al principio es muy suave y perfecta para ir calentando los músculos.

Vamos dejando atrás prados y nos separaremos gradualmente del Río de Hoyo Empedrado, transitando ahora por la ladera izquierda del agradable Valle de Lechada.

Cuando el camino abandona la pista para, hacia la izquierda y por un sendero dirigirse hacia la Vega del Naranco, con el Boquerón de Bobias casi ante nuestros pies, continuamos por la pista para encumbrar el Pico Tres Provincias, uno de los varios denominados de tal guisa repartidos por el territorio nacional.

A partir de aquí tendremos que seguir la pista hasta que ésta desaparezca. En este momento hay que subir algo a la izquierda para hallar el Hoyo Empedrado y su pequeña laguna y, más o menos tomando la misma dirección que traíamos desde el el Boquerón de Bobias, y teniendo siempre como referencia las Agujas de Cardaño, que las dejaremos más adelante levemente a la derecha, arribar al Hoyo Cimero acompañando a un arroyo que proviene de él. Por esta zona ya encontramos hitos.
Agujas de Cardaño
El Hoyo Cimero es un canchal de enormes piezas y hay que estar atento para no despistarse de los hitos, pero la subida, con hitos o sin ellos, es recomendable hacerla por la ladera izquierda del hoyo. Por la derecha, la de las Agujas de Cardaño, la piedra es menor y más resbaladiza. La subida es seria hasta alcanzar el Collado de Cardaño, donde avistaremos la provincia palentina. Continuaremos por la arista de la izquierda hacia nuestro destino elevado.
Peña Prieta desde la cima
El esfuerzo vale la pena. Las vistas son espectaculares. Hemos acumulado un desnivel positivo de unos 1300 m en unos 12 km. Podemos continuar por una senda bien marcada hasta Peña Prieta, con más altitud y anexa a nuestra cima. Yo me encontré algo cansado y decidí reservar fuerzas para la bajada. Las montañas no reparten medallas. Además, es un buen motivo para volver al lugar, ya que me han recomendado sobremanera visitar la montaña palentina y ya aprovecharé para regresar a estos parajes.

Yo no regresé al boquerón por el mismo sitio: Desde la cima dirigimos nuestra mirada hacia la senda que va al Peña Prieta y vemos que, llegando a nuestra altura, unos metros abajo, continúa algunos metros bajo la cresta por unos hitos. Los seguí hasta avistar el boquerón. Como la pendiente era considerable seguí los hitos hacia la derecha por la cresta, pero terminaban en ésta y continuaban por una bajada que no era la mía, así que transité a continuación por la cresta subsiguiente y que desemboca en el boquerón. Recomiendo, nada más avistar el boquerón, el descenso por la zona verde que riega un arroyo que se dirige a los pies de aquél, nuestro inmediato destino, y no continuar cresteando, como yo hice, ya que encontraremos algún canchal de piedra diminuta y con fuerte pendiente, perfecto para hacer mountain-surf...

Ya en la abertura grande, o boquerón, continuaremos por el PR hasta Llánaves de La Reina, primero por senda y después y definitivamente por pista. Sugiero alcanzar la Vega del Naranco campo a través ya que la pista dará prolongadas curvas hasta llegar a dos refugios que se encuentra en el valle o, si venimos desde Llánaves ir, primero por una pista por la vega y campo a través después hacia el boquerón:
Vega de Naranco
En esta foto, tomada cerca del refugio viejo, podemos observar la pista que sigue el PR tras y a la altura de la flecha del madero. Ésta se dirige al boquerón (a la derecha de la foto el resalte picudo). Nosotros desde aquí obviaremos las señales del PR y subiremos al boquerón por la brecha de la derecha.

Al llegar al segundo refugio desde el boquerón el valle se va estrechando hasta llegar al pueblo de Llánaves de la Reina, donde cualquier lugareño que vaya dirección Riaño os puede llevar en coche amablemente, como fue mi caso, o alcanzar nuestro vehículo a través del encanto de La Hoz de Llánaves.

El recorrido total calculo, grosso modo, fue de unos 21 km. Tardé, con paradas y a un ritmo tranquilo, que es el mío siempre, 9 h y 15' en completar el recorrido. Lo mejor de éste, sin duda, y aparte de las vistas cimeras, fue la ingente cantidad de límpida y fresca agua que manaba de los montes por doquier.

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