Estamos,
para mí, y a la postre de muchos PRs del Parque Regional de Picos de
Europa recorridos durante mis vacaciones, ante la joya de la corona.
Trayecto
corto, muy corto, pero intensísimo y más que variopinto. Sólo 6 km y
450 m de ascensión a discurrir por pistas al principio y al final y por
senderos en el tramo más hermoso. Tardé 3 horas en completar la ruta
pues me recreé un buen rato en el alto.
La circularidad del periplo la podemos afrontar de dos formas:
1.-
Comenzando a caminar por una pista que principia a la derecha unos 50 m
antes de alcanzar el campo de fútbol sala, ubicado éste a la entrada de
la población. Recomiendo comenzar en este sentido cuando llueva, nieva o
haya pasado alguno de estos dos fenómenos recientemente.
2.-
Empezar la excursión desde el interior de la localidad. Encontraremos
una fuente a la izquierda y en el sentido de nuestra marcha
continuaremos escasos metros para aparcar y, después, y ya andando,
tomar la primera calle que sube a la derecha.
Yo inicié
la marcha según la segunda de las opciones. Dejaremos el pueblo bien
pronto y continuaremos por una pista de tierra que pasa por un túnel
bajo la carretera. Transitamos por un pequeño valle acompañados, a la
derecha, por un riachuelo.
Tras un ratín de
calentamiento torceremos a la derecha para embelesarnos con la hermosura
que conforma la quebrada de la Hoz Oscura. El silencio en el
desfiladero es para gozarlo con calma:
Desfiladero de la Hoz Oscura |
Al final del paraje hallaremos una portilla. Tras
ésta existe una opción hacia la izquierda que nos llevaría a Tejerina.
Nosotros tomamos a la derecha según las marcas del PR para encarar la
parte más dura de la subida. A veces la senda se diluye y tendremos que
valernos por las estacas señalizadoras del PR mas, si perdemos de vista
alguna de éstas, el sentido de la marcha es claro: Hay que pasar justo a
la derecha de un chozo y de un resalte calizo que se vislumbra más
arriba de éste:
Chozo y, atrás, el resalte calizo |
Ya en el puerto las vistas son espectaculares y
tendríamos que bajar inmediatamente, según el PR, siguiendo la vaguada
que rodea la peña que tenemos a nuestra derecha, pero nos perderíamos lo
mejor de la jornada, que son las exquisitas panorámicas que
consigueremos si conquistamos los pequeños resaltes que tenemos de
frente, tanto a nuestra izquierda el primero, como otro par a nuestra
derecha:
Vistas desde el primer resalte a la izquierda |
Tras tener un enorme susto en un piornal, con los
pantalones a media asta y soltando lastre, gracias a la
inesperada y locuela visita de un jabalí, regresé al alto, donde hallé
un generoso venero que aproveché para eliminar los sudores recientes (y
no precisamente de la subida). Desde ahí parte un trocha que acompaña al
Arroyo de la Prada, a nuestra derecha. El descenso es muy pino a veces y
por eso sugiero que se efectúe el recorrido atacando primero esta
subida con el suelo húmedo.
Descendemos con sumo
cuidado para no pegar un buen resbalón hasta desembocar en una pista,
tras un pastor eléctrico que, zigzagueando, nos conducirá a Horcadas
tras pasar, de nuevo, por un túnel bajo la carretera.
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